Hebreos 12:5-8


Concepto de amor (Parte 3)

Si bien es cierto que Di-s es amor y el amor al prójimo es el cumplimiento de la ley, no quiere decir que el amor sea alcahueta, permisivo, sin principios morales, o libertino. El amor lleva implícito corrección, disciplina, límites y reprensión; un claro ejemplo de esto lo vemos en la carta a los Hebreos.

Hebreos 12.5.8

“Y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige, diciendo: Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor, Ni desmayes cuando eres reprendido por él; 6 Porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo. 7 Si soportáis la disciplina, Di-s os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina? 8 Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos, y no hijos.

El apóstol Pablo en ésta cita a los hebreos proporciona varias palabras claves para mejor comprensión del pasaje, y da comienzo con la palabra exhortación que significa: animar, confortar, amonestar, consolar. Con estas palabras el apóstol Pablo insta  a tener presente las palabras de ánimo y consuelo que Di-s le suministra a todos sus hijos: estimen, aprecien, valoren mucho la disciplina o bien la corrección, la instrucción del Señor. Pablo invita  a ponerse de buen humor, a tomar nuevas fuerzas de ánimo, armarse de coraje (que son antónimos de desmayar) cuando la reprensión (cuestionar, argumentar en contra) venga de parte de Di-s, porque el Señor al que ama endereza y hostiga (presionar insistentemente a alguien para que actúe de determinada manera) y adopta como hijo. Es entendido que para disciplinar es necesario la paciencia como le explica Pablo a su discípulo Timoteo

2 de Timoteo 4-2 (traducción lenguaje actual)

 Tú anuncia el mensaje de Di-s en todo momento. Anúncialo, aunque ese momento no parezca ser el mejor. Muéstrale a la gente sus errores, corrígela y anímala; instrúyela con mucha paciencia.

Pablo también  manifiesta que si el hijo persevera, permanece en la instrucción del Señor le trata como hijo, corrigiéndolo,  mostrado su amor a través de la disciplina y la sanción, para que no tropiece en el viaje que lleva a vida eterna. Y hace la comparación con un padre terrenal ¿Acaso hay algún hijo a quien su padre no corrija? Porque el padre que ama a su hijo lo corrige  y castiga, a fin de que le vaya bien en su peregrinar por este mundo. Más si no hay corrección, objeto de la que todos los hijos son participes, entonces no son  hijos legítimos, reconocidos, sino bastardos hijos ilegítimos, falsos.
Un hijo ilegítimo es aquel que no acepta y recibe corrección.

Hebreos 12.11 (versión biblia al día)

“Ciertamente, ninguna disciplina, en el momento de recibirla, parece agradable, sino más bien penosa; sin embargo, después produce una cosecha de justicia y paz para quienes han sido entrenados por ella”.

Proverbios 27.5 (traducción lenguaje actual)

“Quien de veras te ama te reprenderá abiertamente.6 Más te quiere tu amigo cuando te hiere que tu enemigo cuando te besa”.

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